Cuando Falcón cayó en la arena recordó su triste origen. Una
familia esclava, como otras familias del planeta Dagón, familias que por
generación en generación vivían el castigo de la sumisión por haber sido
invadidos por el imperio Castelvaniense.
En la lucha a muerte de los juegos en honor de los
conquistadores se elegía un joven de los
oprimidos para divertir a la clase dominadora y salió Falcón. Nunca pensó en
ese día, siempre solo se preocupo de divertirse con lo que tenia y nunca tomo
en cuenta las palabras de su padre que
hablaba de recuperar la dignidad, al contrario , prefería ser indiferente a los
abusos contra su pueblo y evitar a sus pares que en secreto intentaban
organizarse en asuntos ilegales de la resistencia. Pero todo eso ya había
pasado y estaba allí.
En el ovalo de los juegos la multitud rugía, los dominadores
en la parte alta del coliseo resguardados por una fuerte guardia y abajo los
esclavos, obligados a presenciar la humillación de los suyos por los guerreros
aristócratas de Castelvania.
Falcón se puso su bioarmadura y tomo su espada de alma, sabia que era su hora de morir.
Frente a él un colosal guerrero de piel azul lo miraba con sus ojos rojos
sonriendo, con una expresión como de quien se va a dar un banquete.
Al sonar el corno ritual ambos contendientes corrieron a su
encuentro, Falcón levanto su espada de alma, que tomaba su poder de la voluntad
de su portador, pero antes de asestar un golpe, sintió en sus costillas una
fuerza que lo lanzo al otro lado de la arena. Solo sintió en grito ensordecedor
de los asistentes combinados con sentimientos de horror, burlas , indignación y
alegria,...abrió los ojos y observo el cielo mientras saboreaba la sangre que
salía de su boca. Ni siquiera lo había tocado y ya había perdido, era el fin.
El segundo asalto fue aun peor, su rival no se conformo con
verlo en el suelo y se lanzo nuevamente golpeándolo con una onda mental que lo
hizo levitar para lanzarlo nuevamente contra los muros del coliseo.
- ¡Miren perros! Su campeón solo sirve de alimento para
gusanos, deben entender que nosotros somos los amos de este mundo, siempre abra
gente como ustedes solo para obedecer, ustedes no son nada, son solo escoria...
Falcón veia todo negro, solo retumbaban las palabras de su
enemigo desde algún lugar lejos, escuchaba el silencio de los espectadores,
sentía el dolor de su pueblo, podía en su dolor comprender el respeto roto de los de su sangre, ya no quedaba
nada..., no obstante un llanto lo removió, era una niña de los suyos. Abrio un ojo y la
miro, de rodillas, vestida con andrajos con las manitos en su carita. El no
había pedido estar ahí, pero la vida lo obligo a ser alguien que no quería, no
le importaba su vida, pero porque esa niña debía olvidar la suya. Con un
esfuerzo alcanzo la empuñadura de su espada y grito desde sus entrañas, se
encomendó a sus ancestros con furia y su arma comenzó a brillar, la espada alma
sintió la voluntad de Falcón y ardió con tanto poder que ilumino el coliseo.
El guerrero Castelvaniense escupió al suelo y mientras las
personas gritaban sin control corrió para dar el golpe final, tomo un garrote y
se prepararo para matar,...Falcón lo vio venir y tomo lo que quedaba de su
energía ,apretó su arma y salto mientras su enemigo alzaba el garrote frente a
él, la gente enmudeció y un segundo se hizo eterno,...solo se escucho una
palabra.
- ¡¡¡¡Libertad!!!!!
El guerrero de piel azul cayó en la tierra sin vida con sus
ojos abiertos de par en par murmurando algo como una oración de despedida, solo
Falcón quedo de pie con la espada en su mano, bañado con la sangre de su
adversario..., busco entre el público a la niña que secaba sus lagrimas y le
sonrió.
Desde aquel día a la victoria de Falcón Damwish en las
arenas del sacrificio se reconoce como
el inicio de la rebelión del pueblo Dagón, cuando un hombre acepto su destino y
entrego su vida por otros, cuando todo parecía perdido para inspirar lo
imposible , para inspirar una revolución que recataría la dignidad.
Dedicado a Víctor Jara
Miguel González